lunes, 4 de enero de 2010

Gorrino Teólogo


La miseria no es sólo un término aplicado a coyunturas económicas y sociales sino también morales. La miseria moral es la peor de las miserias porque afecta al alma, a la conciencia y al espíritu.
La corrupción, al igual que la miseria puede ser aplicada a la conciencia. Una conciencia corrupta es una conciencia descompuesta, podrida, degenerada.
José Bono es un miserable y un corrupto. Lo es de conciencia, de alma y de espíritu.
Presumir de ser cristiano (que no católico) y de, al mismo tiempo, votar y justificar una Ley del Aborto es a todas luces hipócrita y asqueroso. Criticar a la jerarquía eclesiástica para justificar su desvergüenza, además es cobarde.
No creo que exista un conflicto moral entre su militancia socialista y sus creencias, al carecer de principios éticos. Puede existir en todo caso cierta rencilla entre su cuenta corriente y sus escrúpulos morales, sabiendo que la primera siempre saldrá triunfante al ser mucho más importante.
Todos estos hijos del franquismo, renegados del falangismo paterno, o bien salen "cristianos" de cotillón y farándula, o bien salen tan laicos que rozan el ateismo si no llegan al antiteismo.
Presumir de haber comulgado ya de por sí es indigno de cualquier católico ("¡que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda!"), pero encima hacerlo añadiendo con orgullo que lo hizo tras votar una Ley que condena a muerte a miles de niños no nacidos, es repugnante. Este Goebbels desertorcillo del arado es el hermano tonto de Sancho Panza, el rídiculo émulo de un Berlusconi con transplante de flequillo, un payaso que juega a caciquillo de minifundio y comisión.

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